Radio FAP presenta: Canciones para borrachos


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viernes, 20 de agosto de 2010

"Compongo para no odiar y canto para no volverme loca"

Jazz, flamenco, house, boleros, canción ranchera, tango, soul... Sólo una mujer podría haber fusionado este coctel y ofrecerlo en un corazón abierto en canal y palpitante.

La voz de Concha Builka es única. Su forma de cantar y de vibrar las notas del dolor y de la noche no tienen similar. El ritmo y el fraseo la hacen inconfundible; la fuerza de su presencia, su figura y su rostro te provocan y te roban el sueño.

Nacida en Palma de Mallorca en 1972, se crió en un ambiente gitano en donde la migración y la marea permitne entradas y salidas del quejío a los samplers, del "afro spanish" a la canción de las cantinas, del tango al bolero. Las influencias las trae el viento en los programas radiales, los bares, la calle, el desamor. Hace carrera en los bares de su patria chica e incluso la fortuna la lleva a Las Vegas donde hacía de doble de Tina Turner o de The Supremes.

Concha insiste mucho en que canta en base a experiencias personales, de las que prácticamente no habla, pero que uno imagina demoledoras. La rabia y la pasión decantadas con exquisitez te arrebatan de una vez. Su poder de atracción es difìcil de encontrar entre la veleidades y la vulgaridad que puebla nuestros sonidos de hoy.

Dice, por ejemplo: "Yo me voy de aquí/Jodida pero contenta/Tú me has doblado pero yo aguanto/Dolida pero despierta... Con miedo pero con fuerza".

Su fuerza interpretativa para el gusto de quien esto escribe despunta con un acompañamiento mínimo, como en el disco "El Último Trago" de 2009, con el gran Chucho Valdés: su versión de Luz de Luna te corta la respiración. O esa versión que trae el playlist, de "Tú volverás" es lo que sigue de conmovedor.

Pocas intérpretes llevan en la sangre lo que cantan. Cuando Buika canta, toda está en juego, el sentido se vuelve estrujante. Es la voz más poderosa del canto popular, la más versátil, la de los mayores matices. No te la pierdas.

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