Cualquiera que conozca las películas infantiles reconocerá "Bichos". Lo que tal vez no hayan notado sean las influencias de otros filmes como "Los siete samurais", la mejor muestra fílmica de las ideas leninistas de la vanguardia; la necesidad de una dirección que guíe a las masas a librarse de la opresión: de unos ladrones en el clásico de Kurosawa, o de los grillos que comanda Skipper en "Bichos".
En "Los siete samurais", los campesinos contratan a unos guerreros para que luchen por ellos y los liberen de la plaga. En la ciudad, la delegación del poblado contrata ocho samurais, pero uno de ellos (el personaje interpretado por Toshiro Mifune) no es samurai sino un ronin (un mercenario); por eso el título.
En "Bichos", para deshacerse del torpe pero ingenioso Flick, las hormigas lo envían a contratar insectos guerreros para que luchen por ellos para deshacerse de la plaga de grillos que despojan al hormiguero de los alimentos que recolectan. El personaje confunde a unos insectos de circo con dichos guerreros y los lleva al hormiguero.
Hasta ahí las similitudes entre las películas.
La situación que corren nuestros compañeros y compañeras de trabajo se ve reflejada en este genial video que retoma algo que hacen las hormigas al final: acaban con la plaga por una simple razón: son más, tienen la razón y se unen a una causa común.
Y esa similitud entre las hormiguitas y las y los trabajadores del Grupo Parlamentario es lo que podrá hacer que defiendan con éxito su dignidad y su trabajo.
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