
Una de las manifestaciones más comunes en las tendencias musicales recientes es la de las bandas tributo, los grupos que imitan a grandes clásicos. Entre ellos proliferan, por ejemplo, las que homenajean a los Beatles, que tienen un amplio cartel, e incluso se propusieron en el año que concluye ejecutar por turnos todas y cada una de las notas grabadas por el cuarteto de Liverpool.
Se anuncian de forma regular eventos con banda tributo a… y tienen su público. Tocar como los grandes, lo cual es el comienzo de cualquier ejecutante se vuelve punto de llegada. Sin calificar de bueno o malo el asunto, nos remite a ver como un síntoma de la falta de originalidad que vivimos desde-quién-sabe-desde-cuándo en buena parte de la música. No se necesita un derroche de creatividad para hacer un disco con canciones de José Alfredo, duetos famosos, tocar a los Stones con bossa nova, remasterizar discos memorables, hacer imitaciones de Tatiana para fiestas infantiles, o la versión en banda de Hotel California, y claro, armar la reunión de bandas que juraron no volverse a dirigir la palabra hasta que el infierno se congelara o hasta que la chequera palideciera.
¿Qué decir de un grupo que ha dejado tanta influencia (buena y mala) en el mundo del hard rock como Kiss? ¿Quién no reconoce la imagen del grupo neoyorquino de inicios de los 70? Sin Kiss no habría death metal, Marilyn Manson, Slipknot, ni King Diamond; Kiss llevó genialmente al extremo y hasta al absurdo la pirotecnia y el circo, la sangre y el humo a los conciertos de rock. Kiss era la única banda cuyos discos en vivo superaron en ventas los de estudio. Su Alive II resulta el más vendido de sus 22 discos en estudio y los 6 en vivo.
Además de inspirar sus propios churros (Kiss Meets The Phantom Of The Park, 1978) y comics (la serie de Psycho Circus producida por el mismísmo Todd Mc Farlane, el autor de Spawn), la fórmula del éxito de Kiss, sin necesidad de grandes dotes musicales, se resume en una cifra: 200 millones de discos vendidos en el mundo… y contando. El impacto es tal que aunque la banda no duró junta en lo sustancial más de una década (
De Kiss a Chizz, a Ssik
De
Simón Simonazo eran las aventuras de tres chavos banda de Neza, El Patas, El Enano y El Simón, estudiantes de secundaria y rockeros que al orinar se convertían en superhéros similares a los integrantes de Kiss.
Cómo no esperar que de este nuestro país de las máscaras surgiera una banda tributo de lo más interesante: Ssik.
Ssik la integran Miguel “Lagarto” (voz), Agustín García y Omar Ramírez (guitarras), Israel Espinoza (bajo) y Felipe Chacón (batería). Se caracterizan al modo de Kiss (no exactamente tienen un look propio combinando máscaras como de luchadores) y tocan las canciones de los neoyorkinos, pero con letras en español propias. Discos Denver editó en agosto pasado su primer cedé Enfermo por un beso (Ssik for a Kiss) con catorce temas, todos de la primera etapa de Kiss. En su página de Myspace hay cuatro de sus rolas: Cuidándote (Deuce), Regreso a casa (Coming Home), Te pasaste (Parasite) y Mirándote (Watchin´ You).
El quinteto ejecuta correctamente a los originales y en sus actuaciones les sigue (aunque resulta imposible emular a Kiss sin la tramoya y los efectos del caso). Salvo la versión Strutter 08 que cierra el disco con un tempo de 4/4 muy marcados.
Algunas letras distan de las originales, pero el manejo del idioma (talón de Aquiles de los covers en México) es solvente, salvo en sálidas como traducir Parasite como “Te pasaste”. Las canciones coverean los dos primeros discos de Kiss, el homónimo y Hotter than Hell, ambos de 1974. Trece de las veinte canciones de ambas producciones son retomadas para Ssick for a Kiss.
Strutter (conocida en tierras aztecas como “Presumido”, aunque se trata de una chava) se vuelve “Coqueta”: la traducción literal dice “Sé que sólo te hará llorar/Te dejará caminar a su lado en la calle/Pero cuando ella quiera te pasará/Todos dicen que ella luce bien/Y la dama lo sabe, es comprensible/Presumida” pasa “Yo sé una cosa o dos de ella/yo sé, sólo te hará llorar/te dejará caminar a su lado/pero después te ignorará/Coqueta”.
Firehouse (“Cuartel de bomberos”) se vuelve “Me arde el alma”. Y “Ve al cuartel de bomberos/Porque ella pone en llamas mi alma” pasa a “Me arde el alma ya/que su amor es inflamable”.
Cold Gin (“Ginebra Fría”) dice “Ooh, llegó la hora de la ginebra fría/sabes que siempre gana/llegó la hora de la ginebra fría de nuevo/sabes que es lo único/que nos mantiene juntos”. Y la versión de Ssik: “Uh, es tiempo de tomar otra vez/ya sabes que ya llevo un mes/es tiempo de tomar otra vez/ya sabes que cuando me ves/me siento contento”.
Deuce (“Doble”) queda como “Cuidándote”. Del original “Nena, si te estas sintiendo bien/Y nena si la pasas bien/Sabes que tu hombre esta trabajando duro/Vale por dos” sales “Nena, si te sientes bien/nena, si te sientes mal/ya sabes que tu amado está/cuidándote”.
100,000 years (“100,000 años). Dice “Siento que haya tardado tanto tiempo/Habrá sido una mierda mientras no estuve (It must have been a bitch)/Todo este tiempo te sobrepusiste al dolor”, quedando “Lo siento me tardé en regresar/ tuvo que ser triste el no estar/ teniendo miedo ya de vivir”
En Black Diamond (“Diamante negro”), Ssik sigue más la versión “unplugged” de 1995 más que la original de 1974: “En las calles ganándose la vida/La pelicula acaba de comenzar/Te tienen bajo sus pulgares” se vuelve “Estar en la calle es tu vida/Esto apenas comienza/Estás bajo su pulgar/Dale”.
Got to choose (“Tienes que elegir”) pasa a ser “A quién quieres”. Del original “Nena, sabes que escuche a los vecinos decir/Nena, quizás estés dejándome hoy” pasa a “Nena, ya sabes lo que oí decir/nena, que de mí te quieres ir”.
Goin’ Blind (“Quedando ciego”, de Hotter than hell, 1974), tenemos “Eres tan joven, no puedes ver/No hay nada más para vos y para mi/Tengo 93, y tu 16/Y pienso que estoy quedando ciego”. Y queda “Eres joven ¿qué no ves?/nada queda entre tú y yo/sólo tienes dieciséis/y en mis ojos luz ya no hay”. El título también cambia, quedando como “En mis ojos”.
También cambian el título de Hotter than hell (“Más ardiente que el infierno” ya citado) por “Ardiente que quema” e introducen una ambigüedad que no sale en el original. Para Kiss es la historia de una chava más caliente que el infierno, pero que es casada; para Ssik, la chica en cuestión “es algo más que una mujer” (órale).
En Let me go Rock and Roll (“Déjame ir, rock and roll”, del mismo) no abordan un texto explícito del original, aunque sí el dilema clásico de escoger entre el rock y una mujer desnuda: “You try so hard to please/You get me hard you know” (juego de palabras que diría algo así como “Tratas tan duro de complacerme/me la pones dura, sabes”.
Al contrario en su versión de Warching you (“Mirándote”), pasan de “Viviendo como tu y te estoy mirando/Y realmente no saber que hacer” a “En casa estás tú y yo aquí mirando/no sabes si seguirte desnudando”.
Finalmente, Coming home (“Regreso a casa”) va de “Hace un mes o dos desde que dormí contigo/Estoy volviendo a casa otra vez” a “Desde hace un mes o dos/que no he escuchado tu voz”.
El impulso de Ssik parece vigoroso ¿Faltará mucho para esperar una versión de Neza CIty Rock?